Terry Eagleton, Dulce violencia. La idea de lo trágico, Trotta, Madrid, 2011

José Luis Calvo Landau

Reseña publicada en Analecta Malacitana, vol. XXXV,I n. 1-2 (2013).

 

A casi una década de la publicación de la versión original de este libro de Eagleton, se nos ofrece ahora en versión española. Libro extenso y problemático que se diría innecesario a no ser juzgado desde ciertos criterios de la actualidad política de nuestro tiempo, criterios planteados por el autor con voluntad de independencia y deseos de epatar a diestra y siniestra: epatar a historicistas, posmodernos, cristianos y quizás sobre todo a “izquierdistas” actuales en general. También es verdad que a día de hoy, el izquierdismo, y quizás nunca mejor usado así el término, al modo que hace el autor, raya en lo ridículo cuando no en otras cosas y proezas sindicales. Aunque en el fondo aquello que el autor se propone a su modo –he ahí el intríngulis- es una propuesta para la mejora o salvación del marxismo. Y para ello se ha ido a la teoría de la tragedia. Y así surge el grave problema del libro. Porque si Eagleton escribe libros ya útiles, ya interesantes, y lo hace habitualemente, sin embargo hay ocasiones en que el asunto, o el asunto en su más específico sentido, y en el problema estético de la tragedia es mucho el sentido, digamos que se le va de las manos. Un problema semejante, y más general si cabe, es el que sucedió con un libro anterior del mismo Eagleton publicado asimismo de manera semejante, por las mismas editoriales, original y traductora, y también con análoga diferencia de años. Nos referimos al otro libro más propiamente de Estética de nuestro autor: La Estética como ideología. Porque es evidente que la Estética en último término es marco y pretexto utilizado arteramente por Eagleton. ¿De manera bienintencionada? Sería mucho transigir, sobre todo teniendo en cuenta los resultados evidentemente manipuladores. No es disculpa que en un momento de la Introducción se diga que el libro es más que histórico un estudio político. Diremos la razón.

Porque si en La Estética como ideología el título ofrecía de manera bastante precisa aviso de su proyecto ideologizante, ahora en Dulce violencia. La idea de lo trágico no sucede así. La primera parte del título parece hacer llamada de una circunstancia actual, acaso un tanto irónica además, sin embargo la segunda parte del mismo es clara y rotunda: se trata de un libro de Historia de las Ideas, campo de estudio importantísimo de la cultura europea y norteamericana quizás especialmente, y además especificado en el ámbito tradicional de las ideas “estéticas”, pues de pensamiento acerca de lo trágico se trata. Es decir, se trata de Estética literaria y de Poética, terreno que desde Aristóteles pasando por los renacentistas, por Lessing, Hume, Friedrich Schiller, Hegel, Jaspers o Festugière ha ocupado un espacio privilegiado del pensamiento. A casi todos ellos cita aquí o allá y diversamente Eagleton, pero sin conocer propiamente la materia, sin saber de los problemas complejos y profundamente matizados y matizables que no pocas de las inteligencias mayores de Occidente suscitaron en torno a la tragedia y lo trágico. Y éste es ni más ni menos el gravísimo problema del libro. Su autor podría haberse limitado a redactar una reflexión más breve y centrada en la cuestión política que le interesa y conoce mejor, obteniendo un libro polémico, incitador quizás, o sea como fuere no fraudulento. Pero Eagleton ha querido presentarse nada menos que como gran historiador actual de las ideas estéticas, y de paso como su nuevo hermeneuta político, y no puede ser, sencillamente porque desconoce en gran medida casi todo lo fundamental de lo que habla, los textos teóricos sobre los que reiteradamente vuelve y renombra a propósitos descentrados desde el punto de vista de su contenido, como si la reiteración y su final constancia en un posible índice de nombres diera fuerza al vacío teórico estético de su contenido.